El Gobierno de Aragón disuade la entrada de Cabify en Zaragoza
Zaragoza sigue de cerca el conflicto del taxi en Madrid y Barcelona por el fenómeno de los Vehículos Trasnporte con Conductor.
A pesar de que el potencial de demanda en la capital aragonesa es bajo para este tipo de servicios, esta semana la posibilidad de que los VTC entren en la ciudad ha vuelto a cobrar fuerza.
Al mismo tiempo, se ha reavivado el debate sobre el impulso de una regulación autonómica, ahora que el Gobierno central ha transferido esta competencia a las comunidades, para disuadir a este tipo de plataformas digitales.
El punto de partida es de cierto consenso
Tanto los profesionales del taxi y de las empresas tradicionales de VTC (antes denominadas de gran turismo) como el Gobierno de Aragón y el ayuntamiento comparten una visión reticente a este polémico modelo.
La vía para frenar su llegada a Zaragoza podría ser una norma propia que limite la precontratación del servicio, como ha hecho Cataluña, que ha fijado un tiempo mínimo de 15 minutos.
Por lo pronto, la Diputación General de Aragón ha iniciado una ronda de contactos con las partes implicadas.
El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, se reunió el pasado miércoles con representantes de la asociación de VTC tradicionales, que solicitaron la cita después de que Cabify les ofreciera recientemente sumarse a su plataforma.
Este colectivo también rechaza la forma de actuar de estos nuevos negocios, «que encubren un tipo de servicio puerta a puerta con una inmediatez» que no se corresponde, dicen, con la naturaleza de los VTC y que acaban generando una «competencia desleal» hacia el taxi.
Aragón disuade la entrada de Cabify en Zaragoza