Lo que ERC no quiere que sepas de Ernest Maragall

¿Quién es en realidad Ernest Maragall, el candidato elegido por ERC como aspirante a la alcaldía de Barcelona? Hemos tirado de hemeroteca para construir el perfil que no te enseña su equipo de campaña

Lo que ERC no quiere que sepas de Ernest Maragall

Lo que ERC no quiere que sepas de Ernest Maragall

Es un político con experiencia y, obviamente, con un apellido conocido y querido en la ciudad.  Sin embargo, ni su personalidad, ni sus acciones se pueden comparar con las de su hermano.

Comenzó trabajando en el Ayuntamiento, cuando todavía gobernaba Franco, como técnico informático.

A los 52 años salió elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona en las elecciones municipales de 1995, encadenando cargos municipales hasta el 2003 que se fue a la Generalitat con Pasqual Maragall al frente del primer gobierno tripartito de izquierdas.

La negociación entre PSC y ERC fue complicada, en parte por su actitud.

Tanto es así que no se pudo concretar el acuerdo de legislatura hasta relevarle al frente de la negociación.

De su carácter arisco y poco negociador dan fe los sindicatos que se enfrentaron cuando era consejero de Educación (2006-2010).

El motivo principal fue la ley de Educación de Cataluña (LEC), una ley polémica que pactó con CiU, que despreciaba reivindicaciones laborales y que ampliaba el trato de favor a la escuela concertada.

Asimismo, enervó la mayoría del profesorado catalán que le convocó hasta 4 huelgas generales, acompañadas en algunos casos de manifestaciones masivas.

Además, la comunidad educativa se quejaba de no haber podido participar en la elaboración de la ley y del trato recibido por parte del consejero que llegó a calificar la huelga de «grave error».

Las peticiones de dimisión eran constantes

La escuela pública se sintió menospreciada porque la ley mantenía la doble red, subvencionando el sector privado.

Así mismo, los sindicatos y sectores progresistas advirtieron que la ley haría aumentar las desigualdades en el futuro, como efectivamente se han producido.

Su gestión tampoco fue bien valorada como se puede comprobar en un ámbito educativo que, en caso de ser alcalde, sería en parte competencia: las guarderías.

El Síndic de Greuges también pidió un cambio de enfoque del Plan de guarderías de la Generalitat (2007) precisamente porque ponía en riesgo la equidad que la administración pública debe garantizar.

Cabe destacar que tras su paso por la conselleria y en plena época de recortes seguía defendiendo la escuela concertada, minimizando el hecho de que incluye también la más elitista, la del Opus que segrega por sexo, con lo que buena parte del PSC tampoco estaba de acuerdo.

Y es que su ideología ha ido cambiado o, tal vez, se ha ido clarificando.

De socialista no independentista, independentista de izquierdas y, en la última etapa, consejero del Gobierno de Torra apoyando JuntxCatalunya.

Ha cambiado cuatro veces de partido: PSC, Nueva Izquierda Catalana, MES y ahora, ERC.

Cuesta saber qué defenderá si llega a ser alcalde con tantos cambios de chaqueta aunque sus conexiones con las élites económicas y empresariales no son ningún secreto.

Es amigo de Angel Simón, el presidente de Agbar, lo que no sería ningún problema si no fuera porque aprovecha cualquier ocasión para alabar la colaboración público-privada de la gestión del agua en el área metropolitana cuando se ha demostrado nefasta y un saqueo injustificado.

Agbar forma parte de un entramado de empresas con el que el número 3 de la candidatura de Ernest Maragall, Miquel Puig, también ha estado involucrado a modo de puerta giratoria:

Cuando fue presidente del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) dirigió la externalización de los servicios de informática y la red de repetidores de radio y televisión que hoy forman parte de Avertis Telecom, donde él mismo fue miembro del consejo de administración y director General de la división de aeropuertos (2004-2007).

Actualmente ocupa un cargo como director general del Consorcio de Servicios Universitarios de Cataluña (CSUCA).

Curiosamente, ambos perfiles, Puig y Maragall, son grandes defensores del sector privado con trayectorias profesionales que han vivido casi siempre de la política y de los cargos en el sector público.

Además, en los últimos meses, en cuestiones municipales barcelonesas, ERC y Maragall también se han posicionado inexplicablemente junto a las élites.

En el conflicto por la capilla de la Misericordia, donde los vecinos reclaman la cesión por hacer un CAP, no se han querido enfrentar a la poderosa Fundación del Macba.

Se abstuvieron en la votación, al igual que con la cesión a los vecinos del espacio de Can Batlló argumentando, en este caso, que el periodo era demasiado extenso.

Pero según la información publicada por La Directa, Maragall hizo una concesión por los mismos años (50) como concejal del Ayuntamiento de Barcelona a una empresa privada en la que había nombres bien representativos de los lobbys tradicionales de la ciudad.

Así pues, además de preguntarnos qué defenderá también podemos empezar a dudar a quien defenderá, en realidad, si llega a gobernar.

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